Vendieron sus propiedades, construyeron barcos y los tripularon. Lucharon contra la negra Margarita, la reina danesa, y recibieron sus privilegios de la Hansa. En la costa todos conocían sus nombres: piratas del Báltico. Sin embargo, cuando se negoció la paz, se quedaron con las manos vacías. Entonces siguieron asaltando barcos, declararon a todo el mundo su enemigo, y su amigo solamente a Dios. El joven Feliciano de Valencia en realidad no sabe casi nada sobre el norte cuando, en 1397, parte de España hacia Hamburgo, únicamente con el misterioso mapa de un tesoro en el bolsillo. El mercader de la Hansa Bertold Gronewold se lo legó poco antes de su muerte en Santiago de Compostela. Feliciano debe ir con él a buscar a la hija de Gronewold, Greta, quien aparentemente es la única capaz de descifrar el documento. Sin embargo, apenas llega al Mar del Norte, la carabela de Feliciano cae en manos del tristemente célebre pirata Klaus Störtebeker. Y parece ser que Gronewold, el honorable mercader de la Hansa, también formaba parte de los llamados piratas del Báltico. Además, no sólo Störtebeker, sino todo el mundo parece tener conocimiento del legendario tesoro incluyendo Greta quien, para disgusto de Feliciano, tiene sus propios planes. Así es como debe recurrir a toda su imaginación para sobrevivir y ganarse la confianza de Störtebeker. Sin embargo, muy pronto la búsqueda del tesoro de Gotland se convertirá en una lucha de vida o muerte...