1. **Triunfo de la mediocridad en el poder**
Descubre cómo la estupidez ha conquistado la sociedad y la política, revelando las consecuencias de la igualdad forzada y la exaltación de las pasiones más bajas.
2. **Desmontando el relato establecido sobre la igualdad**
Análisis crítico sobre la corriente igualitaria en Occidente y cómo afecta a la sociedad, revelando la manipulación de las élites y los medios de comunicación.
3. **Impacto de la estupidez en la sociedad contemporánea**
Profundiza en las repercusiones de la estupidez en la cultura, la política y la sociedad, explorando la servidumbre voluntaria a políticos mediocres.
4. **Resistencia ante la pandemia de la estupidez**
Encuentra argumentos para contrarrestar la vulgaridad y la envidia generadas por la estupidez, abogando por valores como la justicia, la meritocracia y la sofisticación.
5. **El dominio de la vulgaridad en la masa social**
Reflexiones sobre la homogeneidad inducida por las élites y los medios, que revelan la sustitución de la belleza y la justicia por la conformidad con la mediocridad.
6. **Cómo combatir la servidumbre intelectual a políticos ineptos**
Estrategias para desafiar la manipulación de las masas por parte de líderes políticos sin escrúpulos, fomentando la autonomía intelectual y la resistencia a la estupidez.
Un original ensayo político sobre cómo la mediocridad ha conquistado el poder, en el que Jano García desmonta con datos el relato establecido sobre la igualdad, la justicia social, la multiculturalidad o la solidaridad intergeneracional. Un libro imprescindible que nos ofrece argumentos para contrarrestar la más dañina de las pandemias: la de la estupidez. La corriente igualitaria que desde hace décadas recorre Occidente nos ha sometido al dictado de los más mediocres de la sociedad. Las élites gubernamentales, con la complicidad de los medios de comunicación y las grandes corporaciones, han exaltado sin escrúpulos las más bajas pasiones humanas con el fin de generar una homogeneidad que arrasa con la desigualdad natural. El resultado es una sociedad envidiosa, fanática y orgullosa de su servidumbre voluntaria a unos políticos que conocen la limitación intelectual de sus votantes. De esta forma, la belleza, la sofisticación, la meritocracia y la justicia han sido sustituidas por la vulgaridad de la masa.