El vino de la juventud recoge los trece relatos que Fante publicó en 1940 con el título de Dago red, más otros siete aparecidos posteriormente en distintos medios. Exceptuando los dos últimos, todos giran alrededor de una familia de inmigrantes italianos afincada en Colorado. El que cuenta es el hijo mayor, un adolescente al que vemos crecer, observar a sus padres, quizá intentar comprenderlos, o juzgarlos. Y el conjunto, una crónica de la vida en América en los años veinte del siglo pasado, tiene una coherencia y una unidad novelescas, aunque el narrador aparezca con distintos nombres. Y así, vemos el momento en que se conocen los padres del protagonista. ¿Raptó realmente el padre a la madre, huyó con ella a las montañas o es todo una fantasía del muchacho? En «Albañil en la nieve» descubre las habilidades artísticas de su padre, muy superiores a las que tiene como albañil. «Primera comunión» recoge dos jornadas tragicómicas, cuando el pequeño héroe se confiesa con un cura y cuando descubre que no tiene camisa para ir a la iglesia. En «Monaguillo», «Grandes ligas» y «Camino del infierno» prosiguen las aventuras del joven protagonista en el colegio de monjas.
Y en los demás cuentos el padre envejece y el hijo mayor, cuando tiene dieciocho años, lo celebra liándose a puñetazos con él. También hay puñetazos en «Dios te salve, María», y «Ya no quiero ser monja» enlaza con el primer cuento del volumen, y la madre vuelve a ser la protagonista. En un alarde de simetría, «El Dios de mi padre» prosigue el retrato paterno comenzado en «Albañil en la nieve» y continuado en «Una esposa para Dino Rossi», y «El soñador» transcurre en la misma pensión de Bunker Hill en que se hospedó el joven Arturo Bandini...
«Uno de los auténticos chicos malos de la literatura estadounidense del siglo XX» (Allen Barra, Salon.com).
«John Fante amaba y odiaba con idéntica intensidad, y a menudo al mismo tiempo» (Stephen Cooper).
«Un escritor desconocido verdaderamente famoso» (Janet Maslin, The New York Times).
«Un escritor tan potente como cualquiera del canon estadounidense, pero mucho más subversivo, más original y con más inventiva que la mayoría» (Neil Gordon, The Boston Review).
John Fante (1909-1983), hijo de emigrantes italianos de procedencia muy humilde, trabajó como guionista en Hollywood y dedicó su vida a la literatura, aunque sólo alcanzó el pleno reconocimiento de crítica y público después de su muerte. Su nombre ha evocado comparaciones con escritores como Knut Hamsun, Dostoievski, Nathanael West, Raymond Carver y, en especial, Charles Bukowski, cuyo entusiasmo por sus libros fue decisivo para su redescubrimiento. Al igual que éste, su obra alcanzó la gloria en Europa antes que en su propio país, en el que fue reconocido póstumamente y premiado e 1987 con el Lifetime Achievement Award por el PEN.