«Un hombre, llegado a la fase terminal de su existencia terrena, trata de pensar en su vida; y eso significa en primer lugar que toma distancia respecto de ella. Sin ese distanciamiento, ¿cómo podría pensar en ella? Mas al mismo tiempo se pregunta por este acto, lo cual quiere decir que se pregunta cómo es esto posible. ¿Puede de verdad desprenderse suficientemente de su vida para considerarla, incluso juzgarla?». Así comienza esta singular obra tejida de recuerdos y reflexiones, que muy bien podría calificarse de autobiografía filosófica.
La vida y el teatro, la música y el diálogo con algunos de los grandes pensadores contemporáneos (Jaspers, Heidegger, Proust, Bergson, Sartre) permiten a Marcel desarrollar los nervios fundamentales de su pensamiento: los encuentros, el amor, la muerte... Y como trasfondo y clave interpretativa de todo ello, la llamada de una trascendencia amorosa y el impulso hacia una eternidad no siempre justificable desde la pura racionalidad.
Gabriel Marcel nació en 1889 en París. Fue profesor de enseñanza secundaria. Reconocido filósofo y dramaturgo, ejerció además como editor, crítico teatral y músico. En 1949 recibió el Premio de literatura de la Academia francesa, y en 1958 el Premio nacional de las letras. Impartió cursos en distintas universidades de Europa Occidental y pronunció conferencias por todo el mundo. Recibió el doctorado honoris causa por las universidades de Tokio, Chicago y Salamanca. Murió en París el año 1973. Entre sus obras filosóficas podemos destacar: Diario metafísico, 1927; Ser y tener, 1934; El misterio del ser, 1951; El hombre problemático, 1955; Presencia e inmortalidad, 1959; La dignidad humana, 1964; y En camino ¿hacia qué despertar?, 1971.