Joan Eagan es una agente de policía que perdió a su novio y su fe en Dios entre los escombros del desastre de las Torres Gemelas. Con el corazón roto, Joan aceptó un puesto en el departamento de policía de una pequeña localidad de California y se compró una casa modesta al pie de un cañón aislado. Paul Lutz, un exitoso guionista de Hollywood casado y padre de dos niños, recala en esa pequeña localidad con la intención de buscar localizaciones para un rodaje. Un día de otoño de 2003, la bengala de un cazador origina uno de los peores incendios forestales de la historia de California. Paul, que ese día está solo en el bosque buscando localizaciones, se encuentra rodeado por las llamas y se enfrenta a una muerte segura. Pero un hombre extraño aparece de repente y, antes de esfumarse misteriosamente tras un muro de fuego, salva la vida de Paul conduciéndolo a casa de Joan.
Dios vuelve en una Harley es la primera novela de esta escritora norteamericana, que vive y trabaja actualmente en California. Partiendo de una sociedad en la que el culto al cuerpo y a la juventud son casi un dogma de fe, la autora profundiza en las falsas necesidades que la cultura occidental impone, buscando rescatar un concepto antiguo y perdido: la felicidad. Un camino largo y circular, porque comienza y termina en uno mismo. En la línea de la reciente corriente de pensamiento norteamericano que invita a la aceptación y al reencuentro con nuestra propia naturaleza, Brady propone un nuevo sendero hacia la espiritualidad que transcurre por los vericuentos de la vida cotidiana.