En 1912, Joseph Conrad reunió en un volumen que tituló Entre tierra y mar tres largos relatos que había escrito y publicado con anterioridad y cuyo nexo de unión, aparte de los mares del Indico, era «el carácter, la visión y el sentimiento de los primeros veinte años que fui independiente en mi vida». La colección tuvo un gran éxito, y los títulos que la componen no dejaron de ser, desde entonces, continuamente reeditados: «Una sonrisa de la fortuna» es la historia de un negocio feliz. «Quien compartió en secreto» trata el tema del doble. Y «Freya, la de las Siete Islas» constituye tal vez una de las historias más graves y desoladoras surgidas de la imaginación de Conrad.
Joseph Conrad (Józef Teodor Konrad Korzeniowski, 1857-1924) De origen polaco, perdió a sus padres cuando era niño y con sólo 17 años se embarcó por primera vez en Francia para iniciar su aprendizaje en la marina mercante. En 1886 obtuvo la nacionalidad británica y, ocho años después, abandonó la marina para dedicarse en exclusiva a la literatura. Pronto se convirtió en uno de los escritores fundamentales de la literatura inglesa, con grandes éxitos como El negro del Narcissus, El corazón de las tinieblas, Lord Jim, Tifón, El agente secreto, Victoria y Entre la tierra y el mar (Belacqva, 2006), entre otros. Cuando murió, había tenido tiempo de contrabandear armas para los revolucionarios carlistas en España, de viajar desde el archipiélago malayo hasta la costa caribe de Colombia, de tener dos hijos y escribir más de veinte libros, de ser admirado por Henry James y por André Gide, de negarse a recibir los máximos honores de la Corona Británica y de cambiar para siempre el arte de la novela.