Esa belleza propone el presente continuo como registro temporal propio de la contemplación artística. John Berger es el espectador que contempla el acercamiento de la cámara de Marc Trivier a las esculturas de Giacometti. Pero el escritor también se enfrenta a solas con su propia reacción al relatar lo que ocurre cuando mira. Sólo lo que es capaz de narrar puede hacernos comprender. Berger piensa en voz alta mientras mira y recuerda. Ha mostrado a lo largo de su obra una visión del arte inscrita en el orden social, revolucionando la forma de mirar el arte al rastrear su médula en la excepcionalidad del detalle. Una mirada en continuo intercambio entre nosotros y lo contemplado.