«Mi libro es, en primer término, una historia de las más importantes actitudes intelectuales ante la cultura española. y parece por todo extremo evidente que desde 1812 hasta 1936 esa cultura ha venido siendo un problema para [...] todos los españoles que no han querido limitarse á un candoroso arbitrismo de cenáculo y gabinete, y y se han propuesto de veras hacer algo eficaz en o por la cultura de España.» Cincuenta años han transcurrido desde que Pedro Laín Entralgo «el último gran humanista», en palabras de Carlos Seco Serrano escribiera estas palabras para definir la concepción de España como problema. A quién se refería el maestro turolense al evocar a los españoles que se esforzaron porque su obra personal científica, filosófica, histórica, literaria y política pudiera dar una solución al problema de España? A Ramón v Cajal, a Ganivet y Meñéndez Pelayo, a Maezai y Unalñuno, a Eugenio d`Ors, Ortega Gasset y Sánchez Albornoz, así como a tantos otros sin cuya aportación y legado intelecual es imposible aspirar a vivir en una España fiel a sí misma, a su historia á su patrimonio cultural.