La experiencia de los viajes de Ernesto Sabato por España durante los dos últimos años es el eje vertebrador de este cuaderno de bitácora íntimo y vital esbozado con los apuntes de un escritor fiel a su estilo, a sus obsesiones y a su situación personal. Estas páginas permiten visitar a un Sabato más cercano y viajar en su compañía, registran el paso del tiempo, los estados de ánimo del genial escritor y lo más inmediatamente cotidiano, presentando de una forma directa mucho de lo que en su obra aparece de manera más elaborada. Éste es un libro que se lee con el deleite de quien sacia la sed. Un texto hecho de pinceladas de infancia, de lecturas, de anécdotas que constituyen el perfecto retrato del artista, de reflexiones sobre la creación literaria o la vejez y el olvido, sobre temas eternos y actuales desde la doble naturaleza del hombre hasta la globalización, la migración, la marginación y la injusticia, o de comparaciones entre Argentina y España, agudas y cariñosas, pero siempre llenas de contrastes.
Ernesto Sabato nació en Rojas, provincia de Buenos Aires, en 1911, hizo su doctorado en física y cursos de filosofía en la Universidad de La Plata, trabajó en radiaciones atómicas en el Laboratorio Curie, en Francia, y abandonó definitivamente la ciencia en 1945 para dedicarse exclusivamente a la literatura. Ha escrito varios libros de ensayo sobre el hombre en la crisis de nuestro tiempo y sobre el sentido de la actividad literaria ?así, El escritor y sus fantasmas (1963; Seix Barral, 1979 y 2002), Apologías y rechazos (Seix Barral, 1979), Uno y el Universo (Seix Barral, 1981) y La resistencia (Seix Barral, 2000)?, su autobiografía, Antes del fin (Seix Barral, 1999), y tres novelas cuyas versiones definitivas presentó Seix Barral al público de habla hispana en 1978: El túnel en 1948, Sobre héroes y tumbas en 1961 y Abaddón el exterminador en 1974 (premiada en París como la mejor novela extranjera publicada en Francia en 1976). Escritores tan dispares como Camus, Greene y Thomas Mann, como Quasimodo y Piovene, como Gombrowicz y Nadeau han escrito con admiración sobre su obra, que ha obtenido el Premio Cervantes, el Premio Menéndez Pelayo, el Premio Jerusalén y la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid.