Esta obra reflexiona sobre el horizonte utilitarista del Estado Social que busca proporcionar bienestar y felicidad al mayor número de personas. La evolución social, cultural y económica de los Estados democráticos en los últimos 50 años ha ido acompañada de cambios legislativos y de acciones políticas que han buscado dar contenido axiológico al Estado Social, integrándolas en los sistemas constitucionales. Esta garantía jurídica asegura el compromiso de los poderes públicos con el mantenimiento y mejora de las conquistas sociales: sostenimiento de los servicios sociales, atención de personas y grupos y dirigidas al logro de su pleno desarrollo personal y social, eliminación de las causas y efectos de las diversas formas de marginación, obstáculos o limitación de sus derechos.