Este libro forma parte de lo mejor de la obra de Federico de Roberto, pues sintetiza mucho de lo mejor de la novela del XIX: realismo, naturalismo, verismo y psicologismo. Sorprende en muchos aspectos por su modernidad y por la forma de combinar casi todos los elementos que arraigarían después en la novela negra del siglo XX.
Federico De Roberto (Nápoles, 1861-Catania, 1927). De familia noble, obtuvo el título de contable en un instituto técnico, pero su pasión por el latín y la cultura clásica le llevó a dedicarse a su estudio. Sus colecciones de relatos, que dan cuenta de una profunda búsqueda formal, son: La sorte (1887), Documenti umani (1888) y Processi verbali (1890). Su obra cumbre, Los Virreyes (1894), forma parte de una trilogía compuesta además por L?Illusione (1891) y L?Imperio (1929).