En este libro, el autor presenta una lectura muy personal de la vida del fundador de los jesuitas. Una propuesta ignaciana sobre la continua salida de uno mismo hacia Dios, es un doble movimiento de éxodo -extrañamiento y dificultad- y a la vez de éxtasis -gozo y encuentro -. Dos realidades muy presentes en Ignacio. Un hombre que se identificó hasta el final con la figura de un peregrino en constante movimiento.
Array