Las fábulas invernales son las historias que merece la pena recordar, los relatos que dan calor en los meses del frío y refrescan en verano. tan necesarios como el fuego, más reveladores que la propia realidad. Para Jonás Angélico, desterrado en la isla de Bellamar, constituirán la salvación: fabulará para los nativos algunas de sus aventuras como Observador de Artes y Menesteres de la ciudad de Focaris: las intrigas de Maracaldo, donde todo es teatro. las vicisitudes de la Virginátrix, condenada a una casta inmortalidad. el retrato del Lacardo, el monstruoso director de la Escuela de Canto, y el de Sara la Mariposa y el Circo de las Luces... Como si de cajas chinas se tratara, cada historia encaja dentro de otra para componer una visión completa de un mundo fantástico, de asombroso origen, poblado por seres humanos y una civilización vampírica, grifos, sirenas y mantícoras... Bebiendo de diversas fuentes mitológicas y tradiciones, Carlos Gardini hace gala de una poderosa imaginación y un magistral estilo en esta obra sorprendentemente original que encierra una profunda reflexión acerca de las grandes cuestiones de la humanidad: la política y la religión, la identidad y las relaciones, el lenguaje, la memoria y, especialmente, la literatura.