"Fermina Márquez" es una "novela de adolescencia" que halla en el internado un espacio de conflicto. Un abigarrado conjunto de alumnos: colombianos, haitianos, mexicanos, españoles o franceses, en aras de la (buena) educación, la educación cosmopolita de la burguesía, se dan cita en un internado del "banlieu" parisino. Esa educación, orientada al "saber para poder" se concentra en la personalidad de Joanny Léniot, un hijo de clase media en un medio alto-burgués, que tiene que defenderse contra la preponderancia que supone e impone el gran capital representado en los hijos de los grandes millonarios americanos.
Joanny Léniot aparece en el relato de Larbaud como un Fausto en estadio juvenil. Lo mismo que el supuesto alquimista renacentista, también él ha probado todas las experiencias cognitivas de la vida, a pesar de lo cual vive una gran insatisfacción existencial. Movido por el afán del saber en cuanto principio de autoafirmación, Léniot se manifiesta dispuesto al amor que aguarda en su vida.
A la descripción del proceso de maduración personal se le añade un rasgo peculiar: el de la autobiografía. La verosimilitud y fidelidad de los procesos psicológicos de la adolescencia que se describen hacen suponer que la obra es una historia cifrada de la formación del joven Larbaud, que analiza el alumbramiento de su propia personalidad.
Valery Larbaud (1881-1957) es una de las voces más singulares de la literatura francesa. Hijo de un farmacéutico, propietario de una de las fuentes termales de Vichy, y de una mujer dominante y rígida, la existencia de Larbaud estuvo marcada por una salud frágil y por su anhelo viajero. Recorrió Europa de un extremo a otro animado por una curiosidad insaciable. Coqueteó con el dandismo y las vanguardias, cultivó con igual acierto la narrativa, la crítica literaria y la poesía, acabó por erigirse como uno de los autores clave para entender la transformación de la literatura a principios del siglo XX. Es inevitable destacar la calidad y la variedad de las traducciones que Larbaud realizó a lo largo de su vida, se enfrentó con éxito a autores tan importantes como Coleridge, Samuel Butler, James Joyce, Ramón Gómez de la Serna, Unamuno o Italo Svevo. En Fermina Márquez Valery Larbaud traza, a partir de un brillante proceso de introspección psicológica, los sufrimientos y obsesiones más oscuros y atemporales de la adolescencia. La que muchos consideran como la novela colombiana de Larbaud, retrata de un modo magistral la compleja personalidad de unos jóvenes que luchan por superar sus inseguridades, por adecuar sus vidas a la pérdida progresiva de la inocencia.