En este grupo de ensayos -inédito- Emilio Lledó habla del asombro ante el arte y el mundo, de la sabiduría, del placer corporal, de los vicios públicos, de la necesaria verdad. Y aunque es fiel a la línea de otras recopilaciones anteriores, esta vez el conjunto está más teñido aún de su «compenetración» con Grecia, como sucedía ya en Elogio de la infelicidad (Cuatro, 2005 y 2015), dada su pasión por comprender y su curiosidad hacia el mundo y hacia los otros. Agrupados en cuatro secciones temáticas, la primera de ellas, «Lo bello es difícil», trata del mito en los griegos, de la singular belleza helénica, del Eros como insistencia de un deseo liberador, de su invención de la armonía musical; y, con un entusiasmo muy personal, de Epicuro, el pensador del placer y del cuerpo. En «Fusión de luces», la segunda sección, se plantea una pregunta esencial, ¿qué significa entender?, y despliega una intensa argumentación sobre la idea de interpretación, en la que se funden el pasado que queremos descifrar y nuestro presente, más individualizado y conflictivo. En otro puñado de escritos tiende un puente con autores contemporáneos particularmente apreciados, como Machado, Zambrano o Giner de los Ríos. «Pruebas de imprenta», el tercer conjunto, aborda el movedizo mundo cultural. Contrapone lo que el libro significa para la memoria con ciertos síntomas patológicos de nuestra sociedad y concluye analizando la cultura surgida tras la caída del Muro, sin dejar de lado nuestros «muros» del olvido. Por último, aborda intempestivamente las relaciones entre periodismo y pensamiento, y entrega un puñado de crónicas impacientes, publicadas desde los años noventa, fruto de un impulso instintivo por salir al frente ante los aplastantes mensajes del poder. Grecia, una vez más, sirve de modelo ético para desenmascarar la posible «inmoralidad» de las palabras que nos imponen: en ello radica también la fidelidad que su título reconoce y defiende
Emilio Lledó Íñigo nació en Sevilla y estudió en las Universidades de Madrid y Heidelberg Filosofía y Filología clásica. De 1956 a 1962 fue docente en esa Universidad alemana. Ha sido catedrático de Instituto en Valladolid, y catedrático de Historia de la Filosofía en las Universidades de La Laguna, Barcelona y UNED de Madrid.En 1988 fue nombrado fellow del Wissenschaftskolleg (Institute for Advanced Study) de Berlín, y en 1990 se le concedió el Premio Alexander von Humboldt de la República Federal Alemana. En 1992 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura (Ensayo), y desde 1994 es miembro de la Real Academia Española.Entre sus publicaciones: Filosofía y lenguaje (1970), La filosofía hoy (1975), Lenguaje e historia (1978