La atención es el mecanismo implicado directamente en la recepción activa de la información, tanto desde el punto de vista de su reconocimiento como del control de la actividad psicológica. Ahora bien, para que los mecanismos atencionales se pongan en marcha, se desarrollen y estén regulados por el propio sujeto, es necesario que este utilice determinados procedimientos, relacionados con las denominadas estrategias atencionales, cuya importancia educativa es manifiesta desde que se comprobó que se pueden mejorar y modificar a través de la práctica. La atención no es algo que funcione de manera autónoma e independiente, está relacionada con procesos, tanto de tipo cognitivo como de carácter motivacional. Este aspecto es fundamental tenerlo en cuenta, pues, como señalan diferentes investigaciones la atención actúa como un mecanismo de conexión que articula los procesos cognitivos y afectivo-motivacionales, siendo todos ellos, en su conjunto, los que van a determinar qué estímulos van a ser analizados de manera prioritaria y cuáles no. En este sentido, las primeras teorías cognitivas, y más concretamente las relacionadas con el Procesamiento de la Información, estudiaron cómo estos procesos cognitivo-motivacionales condicionaban la atención, hasta desembocar en la actualidad los estudios atencionales en modelos de corte neoconexionista. De las primeras líneas de investigación, surgieron los modelos de filtro (Broadbent, 1958; Treisman, 1969) que progresivamente fueron evolucionando hacia los llamados modelos de recursos limitados (Kahneman, 1997) condicionados, en la actualidad, por los modelos de activación (Phaf, Van der Heijden y Hudson, 1990) muy relacionados con la neurociencia cognitiva (Roselló i Mir, 1997). Estos últimos, los modelos de activación, vienen regulados por elementos intrínsecos a la tarea, de ahí que la actividad deba estar adaptada y pueda abordarse estratégicamente, e intrínsecos al sujeto, en donde las habilidades de discriminación (atención selectiva) y de concentración (atención sostenida) van a modular todo el proceso. Por este motivo, la evaluación y la intervención en atención selectiva y sostenida será el elemento nuclear de toda esta publicación.
Luis Álvarez es un hacedor de sueños. Productor, director, actor, escritor, artista, creativo, emprendedor, innovador...Con dieciocho años creó su empresa de espectáculos y ganó su primer millón de pesetas, y con treinta y seis llegó a dirigir la mayor red de teatros en siete ciudades distintas. Desde entonces, su carrera ha estado marcada por un éxito tras otro. Por su labor en Estados Unidos, en 2009, fue premiado al mejor empresario del año por la Cámara de Comercio de NY. Su reto personal es crear algo nuevo cada año que aún no se haya inventado. www.elexito.es