"Tres intelectuales japoneses han sentido la fascinación del Extremo Occidente, pero en lugar de imitarlo servilmente, de combatirlo inútilmente o de organizar otra invasión se han dedicado a conocerlo profundamente. Es así como han descubierto primero para ellos y luego con repercusiones para el mismo Occidente uno de sus filones más ricos y profundos que llevaba el nombre griego de filosofía cuando ésta no se había aún escindido entre religión y sabiduría, ni convertida en opus rationis exclusivamente. Estos tres pensadores, que el autor escoge con acierto como los más conspicuos representates de la llamada "Escuela de Kioto", se dedicaron a estudiar el pensamiento occidental sin resentimientos -cosa que ya prueba su magnanimidad conociendo la historia del colonialismo occidental. Digo con amor y sin animadversión, pero no sin prejuicios; han estudiado la filosofía occidental con el pre-juicio inevitable de su cultura propia. Dicho de otra forma: no podemos poner entre paréntesis nuestras convicciones más profundas. No podemos entender fuera de nuestras categorías. Entender al "otro" exige más que buena voluntad; exige penetrar a través del logos en el mythos del otro. Esto significa ver al "otro" no como un aliud sino como un alter: como la "otra parte", la altera pars de nuestra misma persona -y no digo individuo. Para ello debemos participar en el mythos del "otro". Todos nuestros juicios emergen de un magma "pre-juicial" que los hace posibles. James Heisig, el actual director del Instituto Nanzan de Religión y Cultura, incorporado a la Universidad de Nanzan en Nagoya, una de las mayores metrópolis japonesas, conoce en profundidad tanto el trasfondo japonés como el contexto euroamericano. Ello le permite hacer una síntesis magistral de las filosofías de estos tres grandes pensadores, ellos mismos fecundados por la filosofía europea. Si Heisig no es el inventor de la "Escuela de Kioto" se puede decir que es posiblemente quien más ha contribuido al conocimiento de ella allende el archipiélago. La presente obra es pues más que una simple presentación de una filosofía más o menos exótica en el mundo de habla hispánica; es una obra crítica que tamiza la aportación de esta escuela a lo que el autor llama "filosofía mundial" entendida como filosofía sin fronteras artificiales. La filosofía no es monopolio de nadie. No se trata de proponer una (sola) filosofía como "filosofía mundial" sino de racabar los derechos de la filosofía para todo el mundo. La Escuela de Kioto significa uno de los desafíos más fecundos a las religiones monoteístas. Acaso permita al Extremo Occidente salir de su extremismo separador y reconciliar filosofía y religión -lo que con una sustancia omnisciente y omnipotente es difícil de conseguir.
El espíritu de la Escuela de Kioto es profundamente religioso en el sentido más profundo de la palabra: el reconocimiento de la peregrinación humana como algo que no se limita a un paseo por un espacio físico y un tiempo lineal, y de que en este camino existencial y personal el intelecto humano es nuestro acompañante indispensable -en caso contrario la religión es superstición y la filosofía un lujo superfluo. Pero la razón no puede identificarse con el intelecto, ni éste puede considerarse el solo "ingrediente" del ser humano."
Raimon Panikkar (fragmentos del Prólogo)
James W. Heisig, doctor en Filosofía de la Religión por la Universidad de Cambridge, ha sido profesor en las universidades de Iowa, Chicago, México, Norfolk y Pompeu Fabra (Barcelona). En la actualidad es profesor en la Facultad de Artes y Letras de Nazan (Japón) y director del Nazan Institute for Religion and Culture.
James W. Heisig (Boston, 1944) es doctor en Filosofía de la Religión por la Universidad de Cambridge, Inglaterra, y pasó varios años dedicado a la docencia en los Estados Unidos y Latinoamérica antes de unirse al equipo del Instituto de Religión y Cultura de Nanzan, en Nagoya (Japón) como miembro permanente en 1979. Durante los años que ha pasado en el marco del Instituto, del que fue director durante diez años (1991-2001), ha trabajado activamente para fomentar el diálogo entre religiones y filosofías de Oriente y Occidente, tanto en Japón como en todo el este asiático. Su obra publicada como autor, traductor y volúmenes editados asciende a un compendio de más de 55 títulos en diez idiomas.