Georges Palante fue un pensador excéntrico y marginal, lúcido intérprete de Nietzche e introductor de Freud en Francia, de talante libertario y fuertes convicciones aristocráticas. En su obra filosófica se encuentra una de las reivindicaciones más radicales del individuo y su libertad y, sin embargo, la existencia personal de Palante estuvo marcada por un destino miserable. Georges Palante fue un hombre de aspecto monstruoso -a causa de una enfermedad endocrina que deformaba terriblemente sus extremidades-, alcohólico, misántropo, empedernido jugador de póquer, cazador miope y torpe, casado con una antigua prostituta analfabeta, marcado a perpetuidad por el fracaso, el dolor y la melancolía. En el ámbito profesional, Palante porfió durante años para impartir su docencia en la Universidad de La Sorbonne, si bien fue rechazado y tuvo que conformarse con los alumnos de diversos liceos de la Bretaña francesa, cuyas clases preparaba en los lóbregos burdeles donde antaño trabajara su mujer. Su esperado y sin embargo trágico suicidio tuvo lugar el 5 de agosto de 1925, fecha a partir de la cual se despliega también el olvido mayoritario de su pensamiento hasta las recientes y necesarias reediciones de su obra en Francia a partir de 2002.
Michel Onfray nos da cuenta de manera magistral de la vida y el pensamiento de este ilustre desconocido, al que considera una figura inaugural en relación a algunas de sus propias preocupaciones filosóficas: el hedonismo, el anarquismo, la primacía absoluta y determinante del cuerpo para la historia de la filosofía.
MICHEL ONFRAY es un autor que se mueve en los márgenes del pensamiento y experimenta particular inclinación por lo que el orden establecido ha dejado de lado. Ha publicado Physiologie de Georges Palante. Pour un nietzschéisme de gauche (2001), Théorie du corps amoureux (2000), Politique du rebelle (1997), Journal hédoniste I y II (1996-1998), y L'art de jouir, pour un matérialisme hédoniste (1991) y Le ventre des philosophes, critique de la raison diététique (1989).