Las flores dan vida a las etapas más importantes de nuestra vida: sellan un compromiso de amor y lo confirman con el paso de los años, son un homenaje a la belleza, una muestra de admiración y conocen la participación en un éxito pequeño o grande. Alegran los días de fiesta, acompañan nuestros mejores deseos y refuerzan una petición de disculpas. Acogen la llegada de una nueva vida y, al contrario, son mudas compañeras del último viaje. Tienen en nuestra vida una presencia constante, en ocasiones discreta, casi humilde, y en otras ricas y suntuosa, aunque siempre reflejan sentimientos y estados de ánimo, convirtiéndose en las embajadoras más fiables de nuestros sentimientos.