"Fortunata y Jacinta" es la mejor y más ambiciosa novela del siglo XIX español, pudiendo codearse sin menoscabo con otras grandes cimas narrativas de la época, como las de los autores rusos (Dostoyevski, Tolstói), franceses (Balzac, Hugo, Zola, Flaubert) o británicos (Dickens). Articulada en torno a los dos polos que encarnan las mujeres que dan nombre a la obra -la mujer del pueblo, ingenua y temperamental, primaria, natural (Fortunata), y la descendiente de una burguesía pujante, delicada, amable, resignada, convencional (Jacinta)-, la novela no sólo no tiene parangón por el retrato inigualable que hace de la sociedad de la época, sino por los numerosos y profundos registros de la condición humana que en ella y a través de sus personajes se van trenzando. Así, la dinámica única y múltiple que entablan sentimiento y conveniencia, riqueza y pobreza, deseo y realidad, cordura y locura, religión mística y práctica, juventud y decadencia y, en fin, sociedad y naturaleza, acaba erigiendo el rotundo edificio de una obra espléndida cuya mayor recompensa es su propia lectura.
Nacido en Las Palmas en 1843, se trasladó a Madrid para estudiar Derecho y comenzar su actividad periodística en La Nación y luego en El Debate. De la obra del autor más destacado y fecundo del realismo español, formada por 77 novelas, 22 obras de teatro y varios ensayos, sobresalen La Fontana de Oro y los Episodios Nacionales. Su espíritu liberal evolucionó hacia el socialismo humanitario y chocó con los medios eclesiásticos y conservadores que obstaculizaron su candidatura al Premio Nobel. Murió en 1920.