Si hay un relato que sin duda derrumba la visión idílica y edulcorada de la maternidad, ese es sin duda Fugaz. Su protagonista vive el embarazo y la crianza como una huida hacia delante, una forma de soltar amarras en la que cada etapa es un nuevo comienzo, un aprendizaje para el que nadie la ha preparado. Lo cierto es que no todo son sinsabores en la relación de esta joven madre con su recién nacido, pero en este viaje, una aventura a través del territorio argentino, el lector verá crecer a ese niño, reclamar el pecho de la madre hasta dejarla exhausta, y a ella desesperarse e incluso dudar de esa vida sin asideros. Hasta que madre e hijo recalan en un lejano lugar de la costa argentina, donde nadie sabe por qué, como una macabra ofrenda de la tierra, las ballenas quedan varadas.
«La autora lleva al límite la exploración de ser madre como una experiencia errante, a la vez dulce y violenta.» Verónica Abdala, Clarín
Sobre Adentro tampoco hay luz:
«Parece que escribiera con la misma naturalidad con la que respira y, al mismo tiempo, descubre mundos insospechados y oscuros agazapados bajo la máscara de lo cotidiano, que requieren de una gran maestría para ser mostrados. Encontrar una voz narrativa sólida capaz de transmitir una mirada propia sobre el mundo es algo bastante infrecuente.» Mónica López Ocón, Tiempo Argentino
«Se trata de un texto bellísimo y gozosamente salvaje.» Ivana Romero. Blog Eterna Cadencia
Leila Sucari nació en Buenos Aires en 1987. Estudió artes visuales, periodismo y filosofía. Con Adentro tampoco hay luz ganó el Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes en 2016. Actualmente, dicta talleres de narrativa en Espacio Enjambre, también ejerce como editora freelance y escribe para La Agenda y otros medios. Con Fugaz, su segunda novela, Sucari sorprende con una obra en la que cada acontecimiento se vive con frases iluminadoras.