Getsemaní. Horas de amargura humana para Jesús. horas de paz inefable en el hondón de su espíritu, porque cumple la Voluntad santa de su Padre. Unas horas éstas, las de la oración de Jesús en el huerto, que llegan muy al fondo del alma del cristiano. El Maestro quiso rezar con los hombres y por los hombres en el momento culminante de su entrega a la obra redentora. A1 sentirnos un personaje más en el Evangelio, como aconsejaba san Josemaría, detengámonos con sosiego en este pasaje, que nos muestra la fuerza divina del amor de Jesús a sus hermanos los hombres y a la vez, hasta qué extremos asumió nuestra flaqueza y nuestra debilidad. Por eso, lo que haremos es sencillamente mirar a Jesús en Getsemaní y, en el trasfondo, a los apóstoles. Cada detalle de esa noche memorable nos afecta: hemos de vernos en ese trance para agradecer la bondad de Dios, para afrontar personalmente la Pasión y Muerte del Redentor y profundizar en este misterio. En la oración de Jesús en Getsemaní encontraremos un modelo perfecto que aplicar a nuestras vidas.
Javier Echevarría nace en Madrid en 1932. Colabora estrechamente con el beato Josemaría Escrivá desde 1953 hasta el 26 de junio de 1975, fecha en que fallece el fundador del Opus Dei. Ha vivido en Roma momentos decisivos de la historia de la Iglesia, como los años del Concilio Vaticano II, y ha sido testigo de los pontificados de Pío XII, el beato Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II. Prelado del Opus Dei desde abril de 1994, tras el fallecimiento de Álvaro del Portillo, es ordenado obispo por Juan Pablo II en enero de 1995. Profundo conocedor de los problemas de los cristianos en el mundo actual y de la situación de la Iglesia en numerosos países del mundo, ha realizado viajes pastorales por los cinco continentes, entablando un diálogo ecuménico con personas de muy diferentes credos y culturas.