Fueron precisamente los escritores de la Generación del 36 quienes por circunstancias históricas se vieron abocados a la identificación con Goya. sin embargo, su sombra se cierne en el arte y la literatura occidental a lo largo de todo el siglo XX. Así, entre los estudios sobre su pré sencia en la estética contemporánea destaca el trabajo de Nigel Glendinning, quien dedicó un espléndido libro a las influencias de Goyá en el arte del siglo pasado: Goya and his Critics (1977), aunque esta obra se centraba principalmente en el lado pictórico, dedicó un capítulo a las repercusiones literarias sobre todo en el ámbito europeo que tuvo el artista, desde Baudelaire y dramaturgos belgas como Alfred Noyes hasta los modernistas y los poetas ingleses del grupo de Oxford. Con respecto al influjo que Goya pudo tener en las letras hispánicas, Glendinning apuntó ya las repercusiones del pintor en el teatro de Valle Inclán, en obras , de Francisco de Villaespesa como La maja de Goya. Drama en tres actos (1923) o en Fernando Delgado con su Maja del capote (1944), hasta llegar al Buero Vallejo del El sueño de la razón (1970), quien evoca en su obra a un Goya anciano y débil, pero aún así ejemplo de todo héroe que lucha contra el destino y la desesperación.