El arte románico despierta un interés que no consiguen otros estilos. De manera general, en los anteriores a él puede atraer por su importancia arqueológica y, en los posteriores, la estética. Pero el Románico interesa por algo más. Al cabo de siglos ignorándolo o destruyéndolo, nos hemos ido percatando de que guarda una carga extraordinaria de verdad, de vida y también de misterio.