De la simpatía y admiración romántica que Sir Arthur Conan Doyle profesaba por la «aventura imperial francesa» nos ha quedado una biografía de Napoleón, La gran sombra, y diecisiete espléndidos relatos protagonizados por el heroico, jactancioso, valiente, humano y no excesivamente perspicaz Etienne Gerard, oficial de húsares del Emperador. Los primeros relatos de Gerard aparecen como serie en 1895 en el Strand Magazine, y se reúnen en un volumen titulado Las hazañas del Brigadier Gerard al año siguiente. Debido al éxito de estos relatos, el director del Strand pide a Conan Doyle más aventuras del popular brigadier (tal y como hiciera en el caso de Sherlock Holmes), que fueron apareciendo en la revista entre 1895 y 1903, y luego publicadas en un volumen con el título de Aventuras de Gerard (1903). Los relatos protagonizados por Gerard son cuentos de aventuras de ambientación histórica verdaderamente ejemplares: precisos, elegantes, ingeniosos y con ritmo. Doyle utilizó, como documentación de trabajo, memorias de combatientes que realmente intervinieron en las contiendas del período napoleónico. En todo caso, se trate de aventuras reales o batallitas, lo cierto es que estos episodios de la agitada vida de un húsar de Napoleón, el brigadier Gerard, al que Conan Doyle lleva a menudo a situaciones sin salida, están entre lo mejor que salió de su pluma
El éxito y la popularidad conseguidos con sus personales - Sherlock Holmes, Watson, el profesor Challenger o el brigadier Gérard - inclinaron hacia la literatura al novelista británico sir Arthur Conan Doyle (1859-1930), médico de profesión. Sin embargo, desempeñó tareas sanitarias dentro del ejército en la campaña de Sudán y en la guerra de los bóers. Además de renovar el género policiaco, creó novelas de anticipación como El mundo perdido.