El baile flamenco es el hijo mestizo de un maridaje multicultural. El fruto enriquecido de tres pueblos especialmente dotados para la música y la danza: andaluces, gitanos y negros. Pueblos y culturas que se han encontrado en un solar común: Andalucía. Los andaluces pusieron la sal, la frescura, la gracia, la elegancia y la picardía; los gitanos el temperamento y la garra interpretativa; los negros, con las danzas que, desde el siglo XV, sucesivamente nos han ido llegando del Caribe, la sensualidad de sus contoneos, el descaro de sus quiebros y sus ritmos binarios. Todos aportaron lo mejor de sus habilidades bailaoras y todos contribuyeron decisivamente al nacimiento de la criatura. Sin el concurso hermanado de andaluces y gitanos, hoy existirían, sin duda, bailes que llamaríamos andaluces y bailes que denominaríamos gitanos, pero ninguno tendría la belleza ni la riqueza de nuestro flamenco. Fue un diálogo que duró siglos. Un encuentro ininterrumpido entre bailes populares y bailes de teatro, entre gentes del pueblo y profesionales de la danza. Un diálogo abierto y libre de prejuicios entre andaluces y
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José Luis Navarro García estudió Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid. Se dedica a la ilustración como profesional desde 1988. Entre sus trabajos hay obras de literatura infantil y juvenil, libros de textos, prensa y otros. También se dedica a la creación de material y a actividades relacionadas con la promoción de la lectura.
Ha sido jurado del Premio Nacional de Ilustración que concede el Ministerio de Cultura.
En el área de ilustración científica, ha trabajado en más de veinte libros de texto de las asignaturas Conocimiento del Medio, Ciencias de la naturaleza y Biología y Geología para Primaria, Secundaria y Bachillerato, respectivamente. Asimismo, es el responsable de las ilustraciones de cubiertas de varios títulos de Laura Gallego, Javier Negrete o Santiago García-Clairac.