Miguel Ángel Asturias recreó la tradición prehispánica guatemalteca. La memoria ancestral, desconocida, quedó, gracias a su obra, incorporada a la aventura artística y cedió el papel de protagonistas de la ficción a los desheredados de la historia. Las antiguas historias del Quiché relatan que, en el alba del mundo, los dioses fracasaron varias veces en el empeño de crear al hombre, hasta que dieron con la sustancia adecuada para formar a la criatura definitiva: el maíz. Desde el título mismo, esta obra proclama su filiación con los indios de Guatemala, pero los hombre de maíz que pueblan sus páginas son los descendientes de aquellos que sobrevivieron a la Conquista, atravesaron diversas catástrofes de la historia guatemalteca y alcanzaron la época en la que Asturias los recreó en la primera mitad del siglo XX.
Miguel Ángel Asturias (Ciudad de Guatemala 1899-Madrid 1974) caracterizó su obra por el uso creativo del idioma y por la importante reconversión que hizo de los mundos mágico y mítico. Cotraductor del Papol Vuh, el libro sagrado de los indios quichés, fue defensor de los pueblos indígenas y de su cultura, así como de las libertades para el ser humano. Ocupó cargos políticos y diplomáticos en diversos países y fue galardonado con los premios Lenin de la Paz 1965 y Nobel de Literatura 1967. Sus obras más conocidas son El señor Presidente, Hombres de maíz y Leyendas de Guatemala.