La sombra que envuelve a Arturo dibuja formas puntiagudas sobre el suelo. Al girarse, espera encontrarse con una horrible sorpresa, pero lo que ve es mucho peor de lo que imaginaba. Cuando descubre a Norcadet, inclinada sobre él, con una antorcha en la mano, la sangre del pequeño rey deja de circular y su grito se pierde en algún lugar entre su laringe y su traquea...
Las tonterías de Merlín y la valentía de Arturo conducen a la feliz pandilla hacia un misterioso túnel donde les espera la vieja bruja con impaciencia...