India es un destino único en el mundo. Si bien no es el país más cómodo para pasar unas vacaciones relajadas, sí es, en nuestra opinión, el más interesante del planeta.
Lo que un viajero podrá ver en la plena cotidianeidad de una calle india no lo verá en ningún otro país, porque la India es un gran escenario de teatro al aire libre.
La mezcla de olores de las especias, música, los colores de los saris, el incienso y sándalo de las ceremonias de los santones o de las cremaciones, los rezos a Alá, los gritos de los vendedores de té y arroz biryani en los trenes y tantos otros matices que no cabrían en las páginas de una enciclopedia os dejarán aturdidos, pero también maravillados, como a tantos miles de viajeros que os han precedido por las tierras de la Madre India.
India ofrece, igualmente, una miríada de posibilidades para no aburrirse en un viaje: se pueden atravesar desiertos, escalar o hacer trekkings en el Himalaya, asistir a cursos de budismo o de yoga, aprender a tocar el sitar, recorrer los parques nacionales y tratar de ver los últimos tigres del planeta, vivir en modestas pensiones o en los hoteles de lujo oriental o visitar innumerables restos históricos.
Pero lo más fascinante de todo ello son sus gentes, los representantes actuales de la cultura más antigua del mundo en continuidad.