Vicente Blasco Ibáñez fue uno de los grandes novelistas españoles de finales del siglo XIX y primer tercio del XX. Entre su amplia producción literaria merece un lugar destacado su obra viajera. En 1923 inició un periplo que dio lugar a su Vuelta al mundo de un novelista, extenso relato en tres volúmenes del que se extrae aquí su recorrido por Japón. Un texto lúcido y ameno que retrata magistralmente la compleja civilización japonesa.
Blasco llega a un Japón devastado por el terrible terremoto de ese mismo año, cuyas consecuencias describe con la vivacidad habitual en él. El Japón de 1923 es un país de abruptos contrastes, que ha salido de su Edad Media tan solo 50 años antes y que se debate entre la adopción de las pautas de la modernidad occidental y el peso abrumador de sus tradiciones. El relato del viaje es al mismo tiempo una síntesis excepcional de la historia del Japón, de su mentalidad vital, social y religiosa y de su avatar político, entreverada del humor y el vitalismo que nunca faltan en la prosa de Blasco. El resultado de todo ello, de la mano de un observador excepcional, es un relato apasionante.
Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) fue "un agitador, un artista enamorado de la acción", un novelista enérgico y comprometido con las clases populares. Encarcelado repetidamente por antimonárquico y anticlerical, su oratoria apasionada despertaba el entusiasmo popular, y sus novelas se vendieron por miles y se tradujeron en toda Europa. Tras una manifestación contra la guerra colonial, tuvo que ocultarse unos días en casa de un amigo republicado, y allí, en unos cuadernos escolares, escribió el pequeño cuento que más tarde se convertiría en su novela más famosa: La barraca.