Agotada la primera edición de Jardín peregrino, y para que esta segunda reproducción además, justificase su título de edición y no de reedición; o sea, continuase recogiendo todos los relatos dispersos y extraviados de Valle-Inclán, le hemos añadido uno que se nos despistó, «La corte de Estella»(1910). No lo confundan con un título idéntico que Valle-Inclán publicó, en 1905, en Los Lunes del Imparcial; no, aquel era una ingeniosa criba de Sonata de invierno, y este que incluimos quiso ser el inicio de Las banderas del rey, última de las novelas del ciclo la Guerra carlista y que se quedó en este relato, que incluimos en esta segunda edición, completando con ello nuestro propósito. Y precisamente para agasajar a los lectores también hemos sustituido «Un bastardo de Narizotas» (1928) por su reelaboración, más pulida y bastante más sarcástica aunque menos rara de encontrar, «Correo diplomático» (1933). Ya puestos en materia, le hemos dado una limpieza general a todas las páginas de erratas y lo hemos impreso de nuevo para que siga cumpliendo su propósito: subsanar las lagunas en las diferente
(Vilanova de Arousa, 1866 - Santiago de Compostela, 1936) es uno de los miembros más destacados del modernismo español. Su obra satiriza la sociedad española con afán provocador y la calidad de su teatro, poesía y novela lo han convertido en uno de los autores principales del siglo XX. Creador del esperpento con obras como Luces de bohemia (1920), entre su producción literaria destacan Tirano Banderas (1926) y las Sonatas (1903-1905).