Si un hijo es la objetivación humana del futuro, el hijo que no se ha tenido es la dolorosa constatación de la ausencia de ese futuro. La historia colectiva da a menudo a lo individual y sus sufrimientos valor de ejemplo. Es así como Kertész, en este Kaddish por el hijo no nacido, hace un análisis brutal, desgarrador y sin concesiones, del «acontecimiento traumático de la civilización occidental», que él mismo sufrió directamente, y postula una línea de conexión entre la sombra alargada de Auschwitz y la paternidad imposible. En este libro, un hombre habla de sí mismo, pero su confesión se catapulta hacia el terreno de lo colectivo.
Imre Kertész (Budapest, 1929) sobrevivió a los campos de concentración de Auschwitz y Buchenwald, adonde fue deportado siendo adolescente. Tras su liberación, en 1945, volvió a Hungría a terminar sus estudios, y después de una breve incursión en el periodismo comenzó a escribir piezas teatrales y guiones cinematográficos, al tiempo que desarrollaba una importante carrera como traductor. A partir de su primer libro, Sin destino (1975