En la Italia del siglo XVII, el tribunal de la Inquisición condena a la hoguera a una sirvienta, Caterina Medici, acusada de brujería. Según los testigos, con sus maleficios provocó que el dueño de la casa en que servía Caterina sufriera extraños dolores de estómago y que un amo anterior se enamorara perdidamente de ella. Esta anécdota, recogida por Alessandro Manzoni en Los novios, da pie a Leonardo Sciascia a reflexionar sobre uno de sus temas predilectos, la justicia. Y lo hace rastreando en las actas del proceso incoado a Caterina y en antiguos documentos, para contar de manera pormenorizada la vida de esta «bruja confesa»: su matrimonio fallido, sus sucesivos trabajos, el abandono de sus hijos, los numerosos amantes y su «comercio carnal con el diablo», hasta que la fatalidad la puso en manos del Santo Oficio y la arrastró a un segundo y más terrible calvario.
Leonardo Sciascia (Racalmuto, Sicilia, 1921-Milán,
1989) estudió magisterio en
Caltanissetta y dedicó parte de su juventud
a la enseñanza. Posteriormente
empezó una brillante
carrera periodística para, más tarde,
convertirse en uno de los novelistas italianos más importantes de la posguerra. Su obra y su activismo político estuvieron marcados por una
decidida oposición a cualquier
manifestación abusiva del poder, y en muchos de sus libros
asoman personajes e historias reales. Tusquets Editores ha
publicado hasta el momento doce novelas
suyas -El contexto, 1912
+ 1, La bruja y el capitán,
El Consejo de Egipto, Puertas abiertas, Todo modo, El caballero y
la muerte, Una historia sencilla,
Cándido o Un sueño siciliano, Los apuñaladores, La desaparición de Majorana y El día
de la lechuza-, el volumen
de relatos Los tíos de Sicilia y el libro de viajes Horas de España. Cuando se celebran los veinte años de la muerte de este maestro de la novela negra, publicamos una nueva traducción de A cada cual, lo suyo, una de sus obras más
redondas y memorables.