DÍEZ, LUIS MATEO / MATEO DÍEZ, LUIS
1. Personajes - Atrabiliarios e imprevisibles
2. Comportamiento en la vida cotidiana
3. Secretos y sutilezas en las relaciones humanas
4. Experiencia de la infelicidad
5. Melancolía y desgracia
6. Contraste de tonalidades narrativas
7. Universo surrealista en las memorias escolares
8. Aprendizaje escolar y subversión
9. Tensión en el debate de ideas y sensaciones
10. Variedad y sorpresa en la narrativa de Luis Mateo Díez
Será difícil encontrar un personaje tan disparatado e imprevisible como el protagonista de la primera de las historias recogidas en este volumen, la que da título al mismo. El personaje tiene una existencia atrabiliaria y desnortada, que suscita continuamente la atracción de la sorpresa y el peligro. Se trata de una vida incendiaria,en la que el descaro y el humor pueden, si nos descuidamos, hacernos arder las pestañas. El contraste es enorme con la segunda historia, en la que un tío invita a comer a dos sobrinos en un lujoso restaurante, y allí los muchachos descubrirán la existencia misteriosa de un hombre que confunde las ensoñaciones con los recuerdos. Una historia tan inquietante como emotiva y una atmósfera que no sólo marca la intensidad del relato sino la propia tonalidad con que está escrito. En la tercera historia, conocemos a dos seres que contraponen entre sí, con la tensión de un debate de ideas y sensaciones, algo tan secreto y sutil como puede ser el gusto de la infelicidad. Cierto desasiego melancólico alimenta el conocimiento de algo que todos experimentamos, el sabor de la desgracia, sin que los personajes pierdan la lucidez de su experiencia y la vitalidad de su comprensión, a la que acaso no sería difícil sumarnos. Finalmente, en la misma línea de contraste, que contribuye a que el volumen tenga la variedad con que el autor lo ideó, unas peculiares, estrambóticas y casi surrealistas memorias escolares. Una narración, que se emparenta con un impredecible ejercicio de ciencias naturales, en la que los escolares protagonistas, alumnos de un colegio de curas tolontinos, realizan un arduo aprendizaje, menos educativo de lo que debiera pero acaso no del todo inocuo para su destino personal, entre la subversión y la indefensión. Cuatro historias que identifican hasta lo insospechado el mundo y el estilo de Luis Mateo Díez, uno de los pocos narradores actuales que nunca dejan de sorprendernos.
Luis Mateo Díez nació en Villablino, León, en 1942. Su primer libro de cuentos, Memorial de hierbas, apareció en 1973. Alfaguara ha publicado sus novelas Las Estaciones Provinciales (1982), La Fuente de la Edad (1986), con la que obtuvo el Premio Nacional de Literatura y el Premio de la Crítica, Apócrifo del clavel y la espina (1988), Las horas completas (1990), El expediente del náufrago (1992), Camino de perdición (1995), La mirada del alma (1997), El paraíso de los mortales (1998), Días del Desván (1999) y Fantasmas del invierno (2004). Sus fábulas están reunidas en El diablo meridiano (2001), El eco de las bodas (2003), El fulgor de la pobreza (2005) y Los frutos de la niebla (2008). Y todos sus cuentos están recogidos en El árbol de los cuentos (2006). El libro El reino de Celama (2003) reúne sus tres novelas ambientadas en ese lugar imaginario. Y con La ruina del cielo (2000) obtuvo el Premio Nacional de Narrativa y el Premio de la Crítica. Azul serenidad o la muerte de los seres queridos (2010) es su último libro. Luis Mateo Díez es miembro de la Real Academia Española y Premio Castilla y León de las Letras.