Se suele pensar en el porno como el más rudimentario de los géneros de ficción para el más rudimentario de los consumidores. Y sin embargo el porno es muy exigente con su usuario. Si ver porno es fácil, verse viendo porno es mucho más complicado. Es una de las muchas dificultades del hablar de porno: la de reconocerse sujeto susceptible a lo porno. más aún, sujeto que busca activamente lo porno. y todavía más, sujeto que se reconoce a sí mismo mientras ve porno. Sólo si se es capaz de realizar ese triple esfuerzo puede resultar interesante tratar el asunto. De Sade a Santa Teresa, de Bataille a Barthes, de Madonna a Martin Amis, pasan por este ensayo quienes han hablado sobre el asunto a lo largo de su Historia. Pornófilos y pornófobos se han enfrentado en guerras sin cuartel que quizá llegan ahora a una tregua indefinida: del porno en red a la webcam, el antiguo consumidor se está convirtiendo en productor y en sujeto porno. Y el consumo masivo de pornografía en países y sociedades oficialmente represores nos dice que quizá estemos llegando a una nueva fase en las relaciones privadas y colectivas con lo pornográfico. Ganador XXXV Premio Anagrama de Ensayo.
Andrés Barba (Madrid, 1975) se dio a conocer con
la novela corta El hueso que más duele (Premio Ramón J. Sender 1997), a la que siguieron La hermana de Katia (finalista del Premio Herralde 2001), Ahora tocad música de baile (2004) y Versiones de Teresa (Premio Torrente Ballester 2005) y un libro de «nouvelles» titulado La recta intención (2002). Sus textos, siempre recibidos con un éxito reseñable de crítica y público, han sido traducidos a cinco idiomas.