Unas cuantas calles casi en ruinas, asediadas por los escombros y los delincuentes, es lo que queda del viejo Barrio Chino de La Habana. Cuando se adentra en él un Conde ya ex policía, dedicado ahora a la compraventa de libros de segunda mano, no puede evitar recordar que estuvo en ese rincón exótico y agreste de la ciudad muchos años antes, en 1989. Todo surgió de la petición de la teniente Patricia Chion, mujer irresistible, para que le ayudara en un extraño caso: el asesinato de Pedro Cuang, un anciano solitario que apareció ahorcado y al que le habían amputado un dedo y grabado con una navaja en el pecho un círculo y dos flechas. Eran rituales de santería que obligaron a hacer pesquisas por otros ámbitos de la ciudad. Pero el Conde descubrió hilos inesperados, negocios secretos y una historia de abnegación y desgracias que le devolvió la realidad oculta de muchas familias emigrantes asiáticas. Como dice una expresión china, tuvo que encontrar la cola de la serpiente para llegar a la cabeza.
Leonardo Padura nació en
La Habana en 1955. Licenciado en Filología por la universidad de esta ciudad,
ha trabajado como guionista, periodista y crítico. Autor de ensayos y volúmenes
de cuentos, es conocido sobre todo por la serie de novelas «Las Cuatro Estaciones»
(Pasado perfecto, Vientos de cuaresma, Máscaras y Paisaje de
otoño); protagonizadas por el detective Mario Conde y traducidas
a numerosos idiomas, le han granjeado prestigiosos premios literarios en Cuba,
España, Francia, Alemania, República Dominicana y Austria, como el Café Gijón,
en 1995, el Premio Hammett a la mejor novela policiaca en 1997 y 1998 y el
Premio de la Islas, en 2000, en Francia. Vientos de cuaresma fue elegida en 2004 la mejor novela policiaca en
Austria y Máscaras señalada
por la crítica como la mejor historia policiaca traducida en Alemania. A esa
tetralogía vino a sumarse La neblina
del ayer (2005) y Adiós,
Hemingway, que tras ser publicada con éxito en Francia, Italia,
Brasil y Reino Unido, sacamos a la luz ahora para el público español.