En el libro se recupera la terminología que F Chueca Goitia aplicó para designar las dos maneras de ver y entender la ciudad en el mundo occidental, a saber: ciudad pública y ciudad doméstica . Conceptualmente hablando, corresponden a las nociones de ciudad y asentamiento humano . El autor profundiza en las características de la primera y analiza las causas que hacen posible la implantación del segundo modelo. Insiste en la gran diferencia que hay entre ambos a pesar de que los ingredientes son siempre los mismos. Es, únicamente, la manera de asignar usos y colocar volúmenes sobre el terreno lo que da lugar a que surja uno u otro modelo. Apuesta y defiende la construcción de la ciudad pública porque genera vida urbana, es lugar de encuentro y de intercambio y crea espacios significativos, es decir. goza de valor añadido del que carece la doméstica. Va más allá de los aspectos estrictamente funcionales y de cara al futuro es menos insostenible y mucho más compleja que el otro modelo. Aunque el autor es arquitecto, sin embargo se aleja de una visión puramente arquitectónica de la ciudad e incorpora componentes sociológicos, ecológicos y de todo tipo que son indisociables de la vida urbana. No es, pues, un libro de carácter técnico destinado únicamente a especialistas sino de reflexión de lo urbano al adoptar una mirada de amplio espectro. Es útil para estudiantes de arquitectura y urbanismo y para urbanistas, pero también puede interesar a cualquier ciudadano con sensibilidad e interés por la cuestión urbana, debido a su enfoque global y libre de apriorismos. Las fotos y cuadros sinópticos que se acompañan ilustran y refuerzan las ideas expresadas en el texto.