En este libro todo es extraordinario, empezando por su historia. Escrito a principios de los años 60, el autor no pudo conseguir que se editara; creyéndose un escritor frustrado se suicidó en 1969, a los 32 años. Su madre siguió intentando infatigablemente su publicación, lo que no consiguió hasta 1980 (cuando ella tenía 79 años), gracias al apoyo del gran novelista Walker Percy, y tan sólo en una editorial universitaria de Louisiana, cosa en principio muy poco prometedora para una consagración literaria. Y, sin embargo, el libro alcanzó en pocos meses un éxito inmenso, coronado en 1981 con el premio Pulitzer y con la crítica más entusiasta y unánime aparecida en muchos años. Su autor ha sido comparado a Cervantes, Fielding, Swift, Rabelais, Dickens...
Resulta imposible resumir la trama picaresca y siempre sorprendente de esta obra, ambientada en Nueva Orleans y sus bajos fondos. Su figura central es uno de los personajes más memorables de la literatura norteamericana: Ignatius Reilly ?una mezcla de Oliver Hardy delirante, Don Quijote adiposo y Tomás de Aquino perverso, reunidos en una persona?, que vive a los 30 años con su estrafalaria madre, ocupado en escribir una extensa y demoledora denuncia contra nuestro siglo, tan carente de «teología y geometría» como de «decencia y buen gusto»; un alegato desquiciado contra una sociedad desquiciada. Por una inesperada necesidad de dinero, se ve «catapultado en la fiebre de la existencia contemporánea», embarcándose en empleos y empresas de lo más disparatado. Los personajes secundarios son tan exóticos (y neuróticos) como los de una película de los Marx Brothers: Darlene la stripteaseuse de la cacatúa; Burma Jones, el quisquilloso portero negro del cabaret Noche de Alegría, regentado por la rapaz Lana Lee, quien completa sus ingresos como modelo de fotos porno;
el patrullero Mancuso, el policía más incompetente de la ciudad; Myrna Minkoff, la estudiante contestataria, amiga de Ignatius; Dorian Greene, un líder de la comunidad gay; la desternillante octogenaria Miss Trixie, siempre enfurecida porque no le dan la jubilación... y tantos otros personajes inolvidables.
«Una tragicomedia humana, tumultuosa y gargantuesca... una farsa estruendosa de dimensiones falstaffianas» (Walker Percy).
«Irresistiblemente divertido, una comedia épica en la gran tradición de Cervantes y Fielding» (Monroe K. Spears).
«No hay ninguna duda al respecto: este libro está destinado a convertirse en un clásico» (Robert Michael Green).
«Este libro se ha reseñado en todas partes, y a todos los críticos les ha entusiasmado. Por una vez, todos tenían razón» (Greil Marcus, Rolling Stone).
«Si el precio de un libro se midiera por las carcajadas que provoca, éste sería la ganga del año» (Paul Gray, Time).
«Una obra maestra... hénaurme, abigarrada, completamente enloquecida» (Libération).
«Una obra de genio como no aparecen muchas por siglo» (Jean Clémenton, Le Canard Enchaîné).
John Kennedy Toole nació en Nueva Orleans en 1937 y murió en 1969. Estudió en la Columbia University, donde obtuvo el título de máster en Inglés, y fue profesor en la University of Southwestern Louisiana y en el Dominican College de Nueva Orleans. La publicación póstuma de La conjura de los necios, aclamada unánimemente como una obra maestra, le ha acreditado como uno de los más extraordinarios novelistas norteamericanos de todos los tiempos. Tras una enmarañada situación legal, por fin se publicó también su primera novela, La Biblia de neón.