Rosamunde se casó por conveniencia con un hombre mucho mayor que ella, el único al que no importaron las marcas que un accidente había dejado en su rostro. Pero ahora la joven se enfrenta a una terrible decisión: su matrimonio necesita un hijo, un heredero que evite la desaparición del patrimonio familiar. Y si su marido es incapaz de concebirlo, tendrá que buscar otro hombre, por mucho que la repugne el adulterio. Lord Brand Malloren es el elegido pero, para asegurar su colaboración, Rosamunde ha de recurrir al más atrevido de los engaños. Un engaño que incluye una máscara veneciana, un baile de disfraces, y una historia inverosímil. Aunque los mejores planes se truncan cuando intervienen factores inesperados.