KUFFER, PAULA / LESSING, DORIS
El narrador, un hombre ya anciano que habla desde la Roma de Nerón, emprende la tarea de ordenar el material de testimonios orales y escritos de épocas remotas y construir la historia que nos cuenta. La grieta es el lugar junto al mar donde habitan nuestros ancestros primigenios, una comunidad formada únicamente por mujeres, que conciben sin saber bien por qué, por los poderes de la luna o del mar. Cuando una de ellas da a luz a un varón, al que consideran un monstruo por sus atributos desconocidos, sencillamente lo dejan morir, abandonándolo en una cima rocosa hasta que le llegue la muerte. Sin embargo, las águilas salvan a algunas de estas criaturas y las llevan a un valle cercano, donde sobrevivirán amamantados por los ciervos. Un día una de las madres, que ha dado a luz un monstruo, decide cruzar el valle y descubre a los hombres. Volverá con otras mujeres, luego serán los hombres quienes se acerquen, y poco a poco las hembras entenderán que necesitan de los varones para traer una nueva descendencia al mundo, una raza de hombres y mujeres más fuerte, más inteligente, mestiza en el sentido más amplio y primigenio de la palabra. El encuentro entre hombres y mujeres es también el origen de los primeros roces: aunque ajenas a la idea del amor, de los celos y de familia, las madres reprochan a los hombres su falta de responsabilidad hacia los niños, su desorden, sus ansias de exploración, su simplicidad y falta de previsión.