1. **Thriller policíaco ambientado en la costa vasca**
Sumérgete en un entorno sobrecogedor donde el odio es el enemigo principal.
2. **Investigación criminal en Hondarribia**
Las gaviotas sobrevuelan una ciudad marinera que se ve envuelta en un oscuro misterio.
3. **Ane Cestero y su unidad especial en acción**
Únete a la suboficial en la caza de un asesino feroz y sin escrúpulos.
4. **Ambientación festiva y terrorífica en un desfile**
La celebración se tiñe de horror con una puñalada salvaje que desencadena la tragedia.
5. **Intriga y enemigos ocultos en un pueblo costero**
Descubre un thriller sinuoso que enfrenta al lector con el odio visceral y sus consecuencias.
6. **Escalofriante thriller protagonizado por la inspector Ane Cestero**
Sumérgete en un magnético y emocionante relato policiaco con un enemigo letal en las sombras.
Nadie como Ibon Martín para sumergirnos en uno de los enclaves más sobrecogedores de la costa vasca.El odio es el enemigo más peligroso.Las gaviotas sobrevuelan inquietas la ciudad marinera de Hondarribia, que se ha vestido con sus mejores galas para celebrar un día especial. Sus graznidos compiten con los alegres sonidos que inundan las calles, donde los vecinos se preparan para disfrutar de la fiesta ajenos a la terrible amenaza que se cierne sobre ellos.En mitad del desfile se desata el horror. Una puñalada salvaje y certera riega con sangre el frío suelo de piedra. Una mujer ha muerto asesinada. Y no será la última. La suboficial Ane Cestero y su unidad especial tendrán que dar caza a un asesino feroz e implacable, capaz de ocultarse a la vista de todo un pueblo.La hora de las gaviotas es un thriller sinuoso, magnético e impecable que nos enfrenta al peor de los enemigos: el odio visceral que late escondido en todos nosotros.Reseña:
«Ibon Martín parece ser el sólido heredero natural de alguien como Henning Mankell [...] Un escritorazo como la copa de un pino. Hay en él la sabiduría que proviene de observar el paisaje, para introducirlo en el alma del texto. Y es de los que dejan la sensación de que naturaleza y mito están vivos, alerta y a punto de saltarnos encima. Un descubrimiento...»
Xurxo Fernández, El Correo Gallego