En algún lugar de China, en el principio de los tiempos, el dragón dejó una huella que aún hoy continúa irradiando fertilidad a cuanto la rodea: ciertamente, a un pueblo numeroso como las estrellas del cielo, pero también, para nuestro deleite, a una imaginación ilimitada y creadora materializada aquí y ahora en la letra impresa de las páginas de este libro, La huella del dragón.