No hace tanto, ser cosmopolita era una vocación o un privilegio. Hoy es una condición común a muchas personas en el mundo y, cada vez más, una necesidad para convivir con la diversidad de culturas, fuera y dentro de nuestro país.
Sin embargo, los nuevos patriotismos y una identidad puesta a la defensiva no hacen del mundo actual una geografía favorable al cosmopolitismo. El nuevo orden global es más local que global. La globalización es económica, pero no política ni cultural. Y, paradójicamente, es difícil ser cosmopolita en tiempos de globalización.
Por otro lado, mientras que antes ser cosmopolita representaba una alternativa ?universalista? a la identidad patriótica o doméstica, hoy una de las mayores justificaciones del cosmopolitismo está en que sólo desde esta perspectiva se respetan las minorías y las diferencias políticas, y que cualquier acción a escala internacional ?como la salvaguarda del medio ambiente? precisa de esta mentalidad abierta y cooperativa.
¿Cómo son los nuevos cosmopolitas? En este ensayo, Bilbeny describe el perfil de los nuevos cosmopolitas y analiza la relación entre el cosmopolitismo y el nacionalismo, desde el punto de vista antropológico, filosófico y político.
Es desde 1980 profesor numerario de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Barcelona. Entre sus muchas actividades y funciones cabe destacar la de director de investigación en Ética intercultural y su curso de un máster sobre Inmigración y Educación intercultural en la UCB. Fue galardonado con varios premios importantes por sus libros y es autor de casi treinta obras sobre historia de la filosofía, filosofía política y ética. Gedisa ha publicado también su libro Kant y el tribunal de la conciencia.