Durante siglos se pensó que la función principal del intelecto era conocer. Fue la época dorada de la inteligencia cognitiva. Después se reconoció la importancia de la inteligencia emocional, dada la influencia del mundo afectivo en el comportamiento humano. Ahora estamos en una nueva etapa, en la que emerge la inteligencia ejecutiva, que organiza todas las demás.
Este libro representa un paso innovador y decisivo que está llamado a revolucionar la idea que tenemos de la educación. La inteligencia ejecutiva se encarga de dirigir todas las capacidades humanas: utilizar los conocimientos, gestionar las emociones, resolver las dificultades, establecer objetivos a largo plazo, aplazar las recompensas
En ella tiene su origen la libertad humana. No es una facultad innata, sino que los más pequeños tienen que aprenderla. Ella configurará su talento. Y ayudarles a que lo consigan debe ser el principal propósito educativo, tal como lo revela esta extraordinaria obra.
José Antonio Marina ha publicado en Anagrama Elogio y refutación del ingenio, Teoría de la inteligencia creadora, Ética para náufragos, El laberinto sentimental, El misterio de la voluntad perdida, La selva del lenguaje, Diccionario de los sentimientos (con Marisa López Penas), Crónicas de la ultramodernidad, La lucha por la dignidad (con María de la Válgoma), Dictamen sobre Dios, El rompecabezas de la sexualidad, Los sueños de la razón, Ensayo sobre la experiencia política, La inteligencia fracasada, Por qué soy cristiano, Anatomía del miedo, Las arquitecturas del deseo, La pasión del poder y La conspiración de las lectoras. Ha recibido, entre otros muchos galardones, el Premio Anagrama y el Nacional de Ensayo.