Hace siglos que Dios vive exiliado en un remoto planeta. En éste residen también dos colonos humanos, Herb y Rybys, completamente aislados entre sí. Dios ve en ellos la solución para regresar a la Tierra: serán los padres de un nuevo Mesías. Así, Él empieza a incordiar (literalmente) a Herb para que se haga cargo de Rybys, virgen y embarazada, y la acompañe en el viaje de retorno. El niño Emmanuel, nacido con daños cerebrales que le impiden recordar su destino cósmico, habrá de enfrentarse al malvado Belial, que ha corrompido la pureza del planeta y de sus habitantes, con el gobierno como brazo ejecutor. En su misión colaborarán la misteriosa Zina, que, mediante la dialéctica, le ayudará a recuperar la memoria, y Elías Tate, un espíritu eterno que, entre otros, ha encarnado en el pasado al conde Egmont, Beethoven y Martin Buber. Esta novela vuelve sobre uno de los temas habituales del corpus dickiano: la búsqueda de Dios o de la divinidad. De ágil y entretenida lectura, es una lúcida reescritura de diversos mitos religiosos, cargada de elementos gnósticos y cabalísticos, y una reflexión sobre nuestro mundo y nuestras creencias, el destino y la superposición de realidades, el apocalipsis y el conflicto eterno entre el bien y el mal.