La fuerte personalidad del arte español llegó a materializarse durante el siglo XVII, aunque, por diversas circunstancias, nadie se percató, fuera de España, de este fenómeno hasta el siglo XIX. En realidad, hasta el viaje de Manet a Madrid en 1865 no se produjo el arco crítico definitivo que señalaba como los tres puntos culminantes del arte español a El Greco, Velázquez y Goya .A partir de entonces, no hubo un solo movimiento de vanguardia que no estuviera influido por la Escuela Española, por lo menos, hasta fines de esta centuria. Así ocurrió con el romanticismo, el realismo, el naturalismo, y, aunque parcialmente, también con el impresionismo y el simbolismo. El redescubrimiento tardío de El Greco dejó una impronta en la génesis del expresionismo y el cubismo de la primera década del XX. Fueron dos españoles, Picasso y Gris, quienes dieron un impulso más relevante para el cubismo, lo mismo que los expresionistas alemanes o centroeuropeos tuvieron en cuenta la influencia de Zuloaga o Anglada Camarasa, muy estimados, en general, por toda Europa hacia 1900. Tampoco deja de ser sintomático que fueran artistas españoles, como Miró, Dalí, Buñuel u Óscar Domínguez, figuras capitales del surrealismo. De tal manera que, a la fascinación internacional por el arte tradicional español durante el siglo XIX, le siguió otra, en este caso basada en la destacada actividad de los artistas españoles de vanguardia, por lo menos, durante el primer tercio del s. XX.
Francisco Calvo Serraller nació en Madrid en 1948. Es catedrático de historia del arte en la Universidad Complutense de Madrid. Asimismo, colabora como crítico de arte en las páginas del diario El País desde su fundación y dirigió el Museo del Prado en 1993 y 1994. Entre sus numerosas publicaciones cabe destacar los siguientes libros: Teoría de la pintura del Siglo de Oro (1981), Del futuro al pasado. Vanguardia y tradición en el arte español contemporáneo (1989), La novela del artista (1990), Artistas españoles entre dos fines de siglo: de Eduardo Rosales a Miquel Barceló (1991), La imagen romántica de España (1995) y «Las Meninas» de Velázquez (1996).