HAMPSHIRE, STUART / BARCO, JUAN JOSÉ (Ilustración)
Stuart Hampshire, uno de los más importantes filósofos contemporáneos, sostiene que la justicia no es armonía, sino conflicto. En La República Platón estableció la analogía entre el conflicto del alma y el conflicto de la ciudad. La solución de Platón exigía que la razón impusiera el acuerdo y la armonía sobre las pasiones en conflicto. Esta búsqueda de la armonía ha constituido la principal tradición de la filosofía política, hasta llegar a la teoría liberal contemporánea, que forma parte de ella. Hampshire socava esta tradición al distinguir entre la justicia procedimental, que exige que sean oídas ambas partes en un conflicto, y la justicia sustantiva, que siempre es controvertida. La racionalidad en el pensamiento privado consiste en el razonamiento entre adversarios y lo mismo ocurre en los asuntos públicos. El conflicto supone apertura, diversidad y el cuestionamiento de la autoridad. El conflicto moral es eterno y la argumentación institucionalizada es su única limitación universalmente aceptable y la única alternativa a la tiranía. En La justicia es conflicto, Stuart Hampshire aboga por la conservación del conflicto, moderado por procesos justos.