El anarquismo tiene contornos difusos. Se asocia a cosas diversas: una ideología que articuló un movimiento con la pretensión de establecer una sociedad igualitaria, sin estado ni gobierno, autorregulada por sus propios componentes, y para ello utiliza la acción directa, la insurrección, el sindicalismo, y en otros casos minoritarios el terrorismo, algo que ha quedado en muchas ocasiones como su característica principal. Sin embargo, el anarquismo es también una actitud ante los poderes constituidos, ante las reglas establecidas en el arte y en los comportamientos sociales. Existen, por tanto, múltiples formas de anarquismo, pero aun así construyó una fuerza que movilizó en otros países a distintos sectores sociales, especialmente obreros, que intentaron no sólo cambiar los mecanismos de producción y distribución, sino crear un ser humano distinto que explicara una nueva ética de la solidaridad.