REVIEJO, CARLOS / AVI, (Ilustración)
Hace muchos, muchos años, llegaron al castañar algunas familias de duendes. Venían de las Tierras del Hielo, donde el sol nunca sale, y buscaban el calor de estos lugares.
El Gran Protector del Bosque les recibió con alegría, y les dijo que podían ocupar los huecos de los árboles y las madrigueras abandonadas y que todos los frutos del bosque, así como las aguas de las fuentes y arroyos, estaban a su disposición. Pero a cambio, debían prometer que no saldrían de sus hogares las noches de luna llena.
Quien no cumpliera la promesa, sería castigado. Los duendes prometieron cumplir la promesa y, durante mucho tiempo, fueron felices pero un día, al cabo de muchos años, la curiosidad les hizo querer conocer lo que pasaba en las noches de luna llena.
Carlos Reviejo nació en la localidad abulense de El Tiemblo el 29 de mayo de 1942. Estudió en un internado donde muy pronto desarrolla su amor por la literatura. Estudió peritaje en Béjar, y más tarde se trasladó a Madrid, donde por fin consiguió hacerse maestro de enseñanza primaria. Después de diferentes destinos por toda la geografía española regresó a Ávila, donde, además de maestro de primaria, aporta su amor a la literatura colaborando con escuelas, bibliotecas y escuelas de adultos con charlas y recitales.Algunos de sus libros han merecido diferentes distinciones, como la Medalla de Bronce de la Worlddidac Foundation de Basilea (Suiza), Mejor Libro del Año 1990 del Banco del Libro de Caracas por Dragonalia, el cual también consiguió el Premio White Raven de la Biblioteca de Munich el mismo año. Su obra Canto y cuento fue Premio Nacional al Libro Mejor Editado en 1997 en la categoría infantil y juvenil, en tanto que en el año 2000 logró la misma distinción con Déjame que te cuente. En 2005 consiguió una mención especial de la Feria del Libro Infantil de Bolonia por su libro Pictogramas en la Historia de Don Quijote de la Mancha. Algunos de sus libros han sido traducidos a varios idiomas y han figurado en las listas del CCEI.Sus primeros pasos literarios fueron a través de la poesía para adultos, destacando Desde aquí dentro o El aire que respiro. Sin embargo, de su labor cotidiana con niños surgen otros trabajos dedicados a ellos.