La mano en el fuego no es una novela amorosa o erótica al uso, pues parte de la tesis de que el amor cualquier cosa que sea ek amor es un estado mental, una sobredosis de irrealidad, un cortocircuito producido por una fatal alteración del imaginario individual. No importa que las mujeres con las que el protagonista se enfrenta no logren un mínimo de existencia real, se reproduzcan a través de las ondas rediofónicas, se nos aparezcan como gourmets del sexo o en sus arrebatos pretendan derribar la Bastilla.